El origen de los rodapiés

En la antigua Grecia y Roma no se utilizaba específicamente el término «rodapiés«, ya que este es un vocablo más moderno. Sin embargo, había elementos arquitectónicos que cumplían la misma función protectora y decorativa que los rodapiés. Algunos de los nombres que recibían eran:

En latín se les llamaba plinthus. Este término proviene del griego πλίνθος (plinthos) que designaba originalmente a los ladrillos o piedras que se colocaban en la parte baja de las paredes.

En griego se conocían como ποδικόν (podikon), que significa literalmente «lo de los pies«. Hacía referencia a ser la parte inferior de la pared, cerca del suelo.

Otros nombres usados en latín eran stylobate, cuando el rodapié iba acompañado de una columnata, o zophorus, en referencia a ser la parte soportante de la pared.

También podían conocerse como pluteus, que deriva de plinthus pero hace más referencia al elemento decorativo en bajorrelieve que solían llevar estos rodapiés.

Así que en resumen, aunque no usaban el término moderno, en la antigua Grecia y Roma se referían a los rodapiés como podikon, plinthus o sus derivados pluteus y stylobate, aludiendo a su función arquitectónica y decorativa de proteger y embellecer la base de las paredes.

El origen etimológico de la palabra «rodapiés» viene del latín:

  • Roda: Proviene del latín «rota», que significa rueda. Hace referencia a la parte inferior circular de la pared.
  • Pié: Del latín «pes, pedis», cuyo significado es pie o parte inferior.

Por lo tanto, «rodapiés» sería etimológicamente «la rueda del pie». Es decir, la parte inferior circular de la pared, en la zona en que estarían los pies.

Aunque el término tal cual no se usaba en la antigüedad grecolatina, su composición viene claramente del latín. «Roda» alude a la forma circular de la parte baja de la pared, mientras que «pié» se refiere a su ubicación, cercana al suelo donde estarían los pies.

La palabra pasó a utilizarse en la arquitectura medieval y renacentista para denominar específicamente a la moldura presente en la parte baja de una pared, con la función de proteger y ornamentar dicha zona.

Así pues, etimológicamente «rodapiés» significa la rueda o parte inferior circular de la pared, al nivel donde irían los pies, en clara alusión a su posición y forma dentro del esquema arquitectónico.

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